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Verificado por Psychology Today

Trauma

El estrés postraumático causado por una infidelidad

Sanar de una traición

De todas las amenazas a las que se expone una relación comprometida a las que me he enfrentado en cuatro décadas de trabajar con parejas, la más difícil de sanar es la infidelidad. Cuando una pareja en la que confiamos dentro de una relación comprometida traiciona la sagrada confianza del otro, la relación atravieso por una inestabilidad severa.

La pareja que ha sido traicionada es humillada y torturada emocionalmente cuando surge conocimiento de la infidelidad. Claramente tienen un trauma y experimentan el mismo conjunto de síntomas actualmente descritos por los profesionales como parte del trastorno por estrés postraumático. De manera similar a otras personas que han sufrido amenazas a su seguridad y bienestar emocional y físico, están desorientados y confundidos por lo que pasó.

Ambos géneros experimentan síntomas similares:

  • Pensamientos intrusivos.
  • Regulación emocional inestable.
  • Experiencias extracorporales.
  • Alternar entre sentirse adormecido y explotar en represalias.
  • No dejar de indagar por más información que podría causar más angustia.
  • Sensaciones abrumadoras de impotencia y de estar roto.
  • Necesidad de recuperar el autoestima mediante la asignación de culpas.
  • Confusión y desorientación.

“Desde que me enteré de la aventura no puedo dejar de pensar en lo que pasó. Tengo pesadillas constantes. Mi fe en el amor y la confianza está destruida. La persona en la que confiaba más que nada me traicionó sin pestañear. Si hubiera sabido que algo iba mal, tal vez podría haberlo evitado antes de que sucediera. Paso de sentirme devastada a sentirme furiosa de un momento a otro. No logro encontrar paz de ninguna manera, sabiendo que probablemente pasaron muchas más cosas de las que nunca me enteraré. Me siento como una maldita idiota, humillada y rota. ¿Cómo pudo hacerme esto mi pareja?"

El trauma de una traición también puede activar recuerdos de daños espirituales o emocionales del pasado que nunca se resolvieron. Cuando esas experiencias traumáticas se activan y resurgen, complican considerablemente el proceso de sanación.

Para que exista la oportunidad de que una pareja pasando por esta situación pueda ser capaz alguna vez de trascender la angustia de la confianza rota, deben lidiar con dos retos simultáneos: el primero es entender y trabajar con la combinación de respuestas al trauma tanto actuales como los que resurjan. El segundo es que ambas personas se comprometan a representar papeles específicos para sanar la angustia de los dos.

Los 5 problemas que resurgen con más frecuencia

1. Historial de traumas previos

Cuando la gente experimenta un evento que amenaza su vida en etapas tempranas de la vida, crean defensas que les permiten sobrevivir a esos traumas. Esas defensas pueden ser barricadas a dolores futuros o una seducción inconsciente de recrear lo conocido.

Si una persona en la relación ha sido dañada por amenazas de pérdida o daño en el pasado, tendrá una respuesta más fuerte o más persistente a la traición actual de su pareja. Dependiendo de qué tan similares sean a lo que ocurre en el presente, se mezclarán con el dolor actual y dificultarán mucho la recuperación.

2. Resistencia física y emocional

Ya sea de nacimiento o adquirida, la resiliencia es la conquistadora de la tristeza prolongada. A pesar de que no se debe negar el duelo, aquellos lo suficientemente afortunados como para ser más resilientes pueden soportarlo sin caer presas de un rompimiento emocional prolongado.

La resiliencia después de una traición también se puede inflar dependiendo del apoyo social al que tiene acceso una persona. Cuando se descubre una infidelidad, es fácil que las personas traumatizadas pierdan de vista su propia valía. Las personas auténticas, cariñosas y atentas que los rodean son capaces de recordarles quiénes eran antes del trauma y ayudarles a recuperar la estabilidad emocional.

Tristemente, la excusa más común entre las parejas infieles es que la relación no estaba satisfaciendo sus necesidades. Esas acusaciones incrementan la angustia de la persona traicionada.

3. La fortaleza de la relación primaria

Cuando existe un lazo fuerte entre las dos personas, suelen hablar abiertamente sobre sus necesidades y decepciones conforme se van presentando en la relación. Saben que siempre es posible que existan tentaciones externas, pero están comprometidos a fortalecer su relación si llegaran a aparecer.

Si una relación está vacilante y la gente en ella ya no tiene un lazo tan fuerte como antes, una de sus partes o las dos pueden llegar a buscar significado fuera de la relación. Si esas añoranzas no se comparten y la relación sigue sin resolverlas, tienen más probabilidades de convertirse en acciones.

A veces un miembro de la pareja se siente mejor con la relación que el otro. Si esos sentimientos no se comparten y ocurre una aventura, la persona que no sabía no ha tenido ninguna oportunidad de intervenir. Sienten que están haciéndolo todo bien y que su amor está intacto, y que por lo tanto la confianza nunca se rompería. Es comprensible que esa persona se sienta más destruida cuando surge una aventura.

4. Traición doble: cuando la infidelidad es con una persona conocida

Además de las experiencias de humillación y angustia, cuando el tercero en discordia en el triángulo es un familiar o amigo cercano y de confianza ocurre un desamor todavía más devastador.

Cuando la pareja traicionada descubre que dos personas en las que confiaba profundamente fueron capaces de conspirar a sus espaldas, le es casi imposible entenderlo. En estos casos, suelen haber otros que saben lo que está pasando, lo que causa todavía mayor pérdida de relaciones cuando surge la aventura. Aquellos que no dijeron nada tienden a alejarse por temor a ser vistos como cómplices.

5. Cuánto tiempo duró la infidelidad

Una aventura que se confiesa rápidamente junto con remordimiento real y el deseo de hacer lo que sea necesario para ayudar a la pareja traicionada a sanar tiene muchas probabilidades de superarse si nunca vuelve a pasar.

Por otro lado, una persona que se entera de que la traición ha estado ocurriendo por semanas o meses, o incluso que sigue sucediendo, termina fundamentalmente más dañada y le parece mucho más difícil sanar. Para la mayoría de las mujeres no es se trata solo de una aventura pasajera. Es una relación desarrollada nacida de secretos, pasión y conexión emocional, robándole amor y compromiso a su relación existente. Para la mayoría de los hombres es el sabotaje de que otro hombre le pusiera los cuernos y tomara a su mujer delante de él y lo traicionara a pesar de ser su "hermano."

La persona fuera de la relación primaria que estuvo dispuesta a ser parte de la traición suele creer que ha tomado posesión del infiel. Es posible que el individuo no esté dispuesto a aceptar el rechazo y se vuelva un obstáculo en el camino a la recuperación de la relación.

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Dada la seriedad de los problemas que pueden surgir y las maneras en las que podrían mezclarse, es comprensible que tengan una influencia tan grande en si la relación puede sanar y sobre qué periodo de tiempo.

¿Cómo pueden dos personas que no quieren perder su relación atravesar el proceso de confianza rota y llegar a una posible reconciliación?

¿Cómo puede una pareja traicionada aprender a creer en el otro de nuevo?

¿Cómo puede la persona que eligió actuar de esta manera superar su culpa y remordimiento?

¿Qué debe de pasar para que sea remotamente posible recuperarse y volverse a comprometer?

Una vez que ambas partes entiendan la alta probabilidad de que la persona traicionada muestre síntomas de estrés postraumático, se darán cuenta de que el proceso de curación es el mismo para todos los traumas. La pareja traidora debe representar el papel de aliado en el proceso de su pareja y buscador de absolución de la misma persona a quien lastimaron tan descuidadamente. La otra persona debe sobrevivir al trauma y aprender a amar de nuevo.

El papel del traidor como aliado en sanar el trauma

La mayoría de las parejas traidoras de verdad quieren sanar su relación pero tienen dificultades para no culpar a la otra persona por su decisión de alejarse. Las respuestas suelen diferir por género. Por ejemplo, más hombres que mujeres justifican su decisión diciendo que sus necesidades sexuales no se estaban satisfaciendo o que sus parejas no les prestaban suficiente atención en general, o que se sentían explotados en la relación. Más mujeres que hombres suelen citar como motivación para una aventura la fata de conexión emocional con su pareja principal, una falta de disponibilidad en general o falta de apoyo romántico.

Para lograr acelerar el proceso de curación, el traidor tiene que reconocer que deben dejar de lado lo que sea que sintieran que los llevó a sucumbir ante una aventura y reconocer y sentir remordimiento por el acto de traición en sí. Están justamente en juicio por invalidar el valor de su relación primaria, habiendo sucumbido a una motivación egoísta y a la voluntad de arriesgarse a causarle daños severos a la otra persona.

Como aliados en sanar la relación, deben estar preparados para alentar y soportar cualquier frustración, angustia o represalia que necesite expresar su pareja traicionada. Deben estar dispuestos a ser comprensivos por el tiempo que sea necesario, poner sus propias necesidades y agravios subyacentes de lado y comprometerse por completo a sanar la ira y dolor de su pareja. A más comprometido esté el traidor con el proceso, más pronto sanará su pareja.

El papel de la persona traumatizada

Sentirse devastado, humillado y roto es una experiencia difícil de sobrevivir. Aunque la persona traumatizada tiene todas las razones para estar molesta, debe atravesar por estas reacciones de manera sincera y unir su compromiso al de su pareja para hacer todo lo que sea mutuamente necesario para sanar.

La persona que esté atravesando por TEPT probablemente tenga cambios de humor abruptos, surgimiento de problemas subyacentes sin resolver y oleadas agonizantes de dolor. Al mismo tiempo tendrá la necesidad de contraatacar, escapar o se sentirá inmovilizada. Deberá aprender a autotranquilizarse, crear resiliencia, buscar apoyo externo y comprometerse a renovar su fe en un futuro mejor.

Si además fueron objeto de traumas anteriores, también deberán encontrarle el sentido a lo que les está pasando en el presente a partir de lo que tuvieron que soportar en el pasado para así no culpar a la traición de su pareja por algo que ellos no provocaron.

Construir la relación a futuro

Ambas partes deben darse cuenta que su relación anterior se acabó y que su meta es construir una nueva que soportará los retos del futuro. Cuando la persona aliada en el proceso de sanación se fusiona con la persona que está lista para seguir adelante, pueden crear un nuevo tipo de confianza sagrada que puede ser considerablemente más fuerte en virtud de lo que han atravesado juntos.

Este proceso no es para aquellos que quieren una solución rápida, ni para aquellos que quieren aferrarse al pasado. Hacer pasar por banal una verdadera traición puede crear dolor imposible de resolver. De manera similar, cargar con desconfianza, enojo y dolor por siempre eventualmente destruirá cualquier esperanza de sanar en verdad. El traidor debe tomar en serio lo que hizo, el traicionado debe querer reconstruir la relación realmente y llegar a confiar de nuevo en la persona.

Sí, he visto a parejas lograr este tipo de sanación y hacerlo hermosamente. Toman las lecciones que les enseña el pasado, aprenden a comunicarse con valentía y honestidad y construyen algo que ninguno de los dos había visto antes. El fénix de las relaciones puede volver a surgir de las cenizas de su pesar compartido.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Randi Gunther Ph.D.

La Dra. Randi Gunther es psicóloga clínica y consejera matrimonial que ejerce en el sur de California.

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