Disfrutar de viajar con una enfermedad mental

La temporada de vacaciones está a la vuelta de la esquina y, para muchos, eso significa viajar. Estas aventuras pueden traer experiencias nuevas y estimulantes. Sin embargo, para las personas con problemas de salud mental como el trastorno bipolar, viajar a veces también puede ser un desencadenante.

La investigación sobre viajes en personas que viven con trastornos del estado de ánimo ha descubierto que hacer viajes hacia el oeste a veces puede estar relacionado con episodios de estado de ánimo maníaco/hipomanico, mientras que viajar hacia el este se ha relacionado con la depresión (Inder et al., 2016). La combinación de rutinas interrumpidas, cambios en el horario de sueño y estrés puede ser una tormenta perfecta para los desafíos.

Aún así, muchas personas con problemas de salud mental viajan cada año sin problemas. Ser proactivo puede aumentar las probabilidades a favor de un viaje saludable y placentero.

Aquí hay cinco estrategias para mantener tu bienestar mientras viajas.

1. Prepara tus medicamentos y herramientas de afrontamiento

Si tomas medicamentos, haz planes con anticipación sobre cómo accederás a ellos. Asegúrate de tener suficientes para todo el viaje. ¡Encuentro que la Ley de Murphy según la cual todo lo que puede salir mal sale mal es especialmente común en los viajes! Las farmacias pueden quedarse sin ciertos medicamentos y pueden estar esperando pedidos pendientes. Asegúrate de tener tus recetas listas al menos una semana antes de partir. También puedes planear llevar ciertos artículos que te ayudarán a afrontar la situación en caso de que surjan síntomas de salud mental. Auriculares, gafas de sol, un diario o una manta cómoda pueden ser un salvavidas en caso de apuro.

2. Ten un plan de crisis

Tener un plan de crisis es como hacer un plan en caso de incendio. No espero todo el tiempo que haya un incendio, pero siempre quiero saber dónde están las salidas en caso de incendio. Ten un plan sobre cómo podrías afrontar los posibles detonadores en caso de una crisis. Para algunos, esto podría significar planificar un camino adicional de regreso a casa si es necesario. Si viajas solo o con personas que no conoces tan bien, asegúrate de tener una identificación médica con información sobre tu condición, tus necesidades y un contacto de emergencia.

3. Ajusta las rutinas y horarios de sueño lentamente

La mayoría de los viajes implican algunos cambios en la rutina y el sueño. Si puedes ajustarlos gradualmente, hazlo. Preservar el tiempo de inactividad y priorizar el sueño suele ser clave para mantener el bienestar. Esto también puede aplicarse a la sobriedad. Si el alcohol es un factor detonador para ti, haz un plan para tomar bebidas divertidas y sin alcohol que puedas disfrutar y cómo manejar las tentaciones que puedan surgir. Muchas personas optan por no beber por diversas razones. El alcohol no es sinónimo de pasar un buen rato.

4. Sé amable contigo y comunica tus necesidades

Cuando tenemos necesidades específicas de una condición de salud, es fácil tener un cierto sentimiento de culpa. No permitas que la culpa injustificada te impida comunicar tus necesidades. Las necesidades específicas de una condición de salud mental, como reservar tiempo para dormir o tomar un descanso en momentos de agobio, son tan importantes como las necesidades relacionadas con cualquier otra condición de salud, y no hay nada de qué avergonzarse.

5. Diviértete

Vivir con una enfermedad mental no siempre es divertido. Aún así, no hay ninguna razón que nos impida divertirnos cuando tenemos la oportunidad. ¡Disfruta tu viaje!