Cómo soltar esa necesidad de perfección

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“El perfeccionismo es la voz del opresor, el enemigo del pueblo. Te mantendrá apretujado y loco toda tu vida". - Anne Lamott

Te encuentras preguntándote: "¿cuándo será suficiente lo que hago?" Te preguntas: "¿cómo puedo saber si estoy realmente feliz o simplemente me estoy conformando con estar cómodo?" Te encuentras esforzándote constantemente por conseguir más: más dinero, más cosas, más belleza, más inteligencia, más premios. Pero no importa cuánto consigas, nunca se sabe si lo que deseas te ayudará a convertirte en tu mejor yo o simplemente te llevará por el camino insatisfactorio del perfeccionismo. Conozco demasiado bien el viaje del perfeccionismo. De vez en cuando, cuando menos lo espero, mis propias motivaciones perfeccionistas se apoderan de mí. Entran en juego más cuando estoy tomando decisiones, trabajando o interactuando con otros.

Es ese sentimiento que tienes cuando esperas cosas de ti mismo que nunca esperarías de los demás. Es trabajar hasta el agotamiento con la esperanza de que te hará sentirte completo, entero, digno. Es basar tu autoestima en logros externos, sentir que tienes algo que demostrar todo el tiempo. Es acumular emociones de culpa, agotamiento y odio a ti mismo. Es siempre colorear sin salirse de las líneas y azotarte metafóricamente si te equivocas.

El perfeccionismo vive y respira tu miedo a equivocarte. Cuando tienes miedo de lo que pueda suceder, no siempre tomas las mejores decisiones posibles.

En cambio, limitas tus opciones porque crees que no podrás manejar el resultado de tus elecciones si resultan ser negativas. Permitir que el perfeccionismo dirija el espectáculo es como estar en una rueda de hámster; simplemente sigue y sigue y sigue, incluso después de haber alcanzado tu objetivo original. Aumentas las apuestas cada vez, de modo que cuando logras algo, te preguntas si podrías haberlo hecho mejor.

Sentir y pensar de esta manera tiene mucho sentido, porque nuestra cultura nos presiona muchísimo para ser perfectos. Nos hace sentir que algo anda mal con nosotros si todavía estamos solteros a cierta edad, si no ganamos una cierta cantidad de dinero,si no tenemos un gran número de seguidores en las redes sociales o no nos vemos de cierta manera. En medio de toda esa presión, es fácil olvidar todas las cosas maravillosas y únicas de nosotros.

Muchas de las personas con las que trabajo en terapia se sienten frustradas porque no importa cuánto lo intenten, todavía sienten que nada de lo que hacen es lo suficientemente bueno. Incluso después de todos los éxitos externos que han logrado, todavía no están felices y no están seguras de por qué. Lo que encuentro es que la mayoría de las veces, sus metas nunca vinieron de ellas. Cuando nunca te sientes lo suficientemente bien a los ojos de los demás, es difícil desarrollar un fuerte sentido de ti mismo. Es difícil saber qué es lo que realmente quieres, qué es lo que finalmente cumple tu verdadero propósito.

El perfeccionismo se mantiene vivo cuando buscas que otras personas te den valor, confiando en sus opiniones para darte una idea de cuánto vales.

Es engañoso, porque otras personas no pueden hacerte sentir que eres suficiente; esa es una decisión que debes tomar por tu cuenta. Es más efectivo si determinas lo que es suficiente y lo que no es suficiente, y hasta dónde debes llegar, con tus valores internos. Necesitar y carecer de aprobación y aceptación te llevará inevitablemente a sentir que lo que haces nunca es suficiente; pasarás tu vida buscando hacerlo mejor y más.

Es por eso que ofrezco otra forma de ser: una alternativa al ciclo interminable de buscar la realización personal a través de grandes logros. Quiero ayudarte a poner fin al ciclo del perfeccionismo. Saber quién eres y qué valoras como vital. Una vez que lo domines, puedes tomar la decisión de ser suficiente en cada situación que enfrentes. Y, con el tiempo, cada situación te servirá como una forma de guiarte hacia tu verdadero yo y liberarte de la necesidad de ser perfecto.

Entonces, ¿cómo puedo dejar de lado el perfeccionismo y tener un fuerte sentido de mí mismo?

• Cambia tu forma de pensar. Nuestra mentalidad contiene nuestras ideas y puntos de vista sobre la vida, que provienen de nuestras experiencias y percepciones anteriores del mundo. La forma en que miramos el mundo influye en nuestra experiencia en él. Nuestra percepción se convierte en nuestra realidad. Crear una mentalidad lo suficientemente buena que no esté llena de expectativas poco realistas ayudará a cultivar una sensación de bienestar. Por lo tanto, el primer paso para sentir que eres suficiente es cambiar tu forma de pensar y las antiguas creencias sobre ti mismo derivadas de experiencias pasadas de lo que se espera de ti. El resto es un proceso de cambiar la idea de que necesitas trabajar más duro para obtener la aprobación y usar esa energía para ser suficiente para ti.
• Desarrolla autosuficiencia. No naces con autosuficiencia, la ganas a través de pruebas y errores mientras vas por la vida tomando tus propias decisiones. Comencé a desarrollar confianza cuando decidí pensar por mí mismo y seguir adelante con mis decisiones. Las personas que actúan con confianza en sí mismas se sienten más en control de su entorno y sentirse así es un ingrediente importante del bienestar. Cuando lo que haces está en consonancia con lo que crees, tu autoestima y tu felicidad aumentan. Ser autosuficiente significa hacer las cosas por ti mismo. Cuanto más hagas por ti mismo, mejor se sentirá; cuanto mejor se sienta, más seguro se sentirá y menos obligado se sentirá a ser perfecto todo el tiempo.
• Aprende a dejar ir. Trata de dejar ir lo que sea que te impida aceptar quién eres. Probablemente te darás cuenta de que no eres lo que otras personas dicen que eres. No eres tu dolor, tu pasado o tus emociones. Por lo general, son las ideas negativas sobre nosotros mismos y el diálogo interno hiriente lo que se interpone en el camino de lo que realmente queremos ser y nos empuja a no cometer ningún error.
• Toma tus propias decisiones. Empieza a tomar tus propias decisiones. No es necesario que compartas todos los problemas que encuentres con todos en tu vida. Las personas hacen esto para recibir consejos, que les digan lo que deben hacer y transmitir su ansiedad a los demás. A medida que te vuelvas más consciente de lo que quieres, comenzarás a saber cuál es el siguiente paso que debes dar en tu vida y reconocerás que nadie más tiene las respuestas. Las personas que no se sienten lo suficientemente bien siempre buscan a los demás para que tomen decisiones por ellos. Sabes tanto como todos los demás; de hecho, sabes más que los demás sobre lo que es adecuado para ti.
• Recuerda, no puedes odiar tu forma de aceptarte a ti mismo. Convencerte a ti mismo de lo fracasado que eres nunca mejorará ninguna situación, y repetirte a ti mismo que nunca alcanzarás tu potencial ciertamente no te llevará a alcanzarlo. Es importante que recuerdes que eres suficiente tal como eres, y te prometo que cuanto más lo practiques, más lo creerás.
• Haz las paces con el "ahora" antes de sentirte satisfecho con el "después". No podemos sentirnos totalmente satisfechos con el lugar al que vamos hasta que podamos aceptar, reconocer y apreciar dónde estamos. Haz las paces con el lugar donde te encuentras y tu viaje hacia algo nuevo se sentirá mucho más pacífico, gratificante y satisfactorio.

¿Buscas metódicamente pruebas de que eres un don nadie, que no mereces ser aceptado o que no estás cumpliendo tu potencial? Si es así, sé lo desmoralizante y degradante que puede ser. Te servirá mejor concentrarte en el progreso que en la perfección y en lo lejos que ya llegaste en lugar de lo que te queda por recorrer.

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Uno de los mayores impulsos hacia el perfeccionismo es la necesidad de "hacerlo bien" siempre. Luchamos por la perfección y los grandes éxitos, y cuando nos quedamos cortos, nos sentimos inútiles. De lo que parece que no nos damos cuenta es de que esforzarnos por alcanzar nuestras metas y estar dispuestos a exponernos son logros dentro de sí mismos. Date una merecida palmada en la espalda por intentarlo, progresar y llegar tan lejos.