Cómo sanar un corazón roto

En su poema, Gathering Light for Winter, Jeannette Encinias escribió:

Cuando no tienes palabras para las heridas.

Cuando tu cuerpo está tan vacío y oscuro

Como una lámpara para velas en noviembre.

Cuando has perdido tu norte, tu sur,

Tu este y tu oeste

Quédate quieto.

¿Quién no está familiarizado con la desolación que acompaña a la pérdida? La adversidad toma muchas formas: la muerte de un ser querido, el divorcio, la separación, los niños que abandonan el nido, el desempleo, la jubilación, el aborto espontáneo, la infertilidad, un diagnóstico de salud que amenaza la vida y algo que nadie puede escapar: el envejecimiento.

La pandemia actual alimenta aún más el dolor provocado por estas experiencias familiares de la vida. Durante los últimos 18 meses, la gestión de la amenaza mundial de la Covid-19 ha resultado en la pérdida abrupta de conexiones sociales vitales y la ausencia de una comunidad de trabajo en persona. Nos ha robado las interacciones que rutinariamente proporcionan apoyo, socialización y estabilidad.

Sí, las heridas de la vida vienen en muchas formas, y nadie está exento. Todos nosotros en algún momento experimentamos cambios inesperados, dolor emocional y duelo. Lo más profundo es cuando el inicio es repentino, no muy diferente de un rayo que sacude tu vida. A medida que los cambios, tanto grandes como pequeños, nos obligan a lidiar con una nueva realidad que no se alinea con el futuro que esperábamos, experimentamos tristeza, conmoción, depresión, ira y decepción.

Toda dificultad es emocional y físicamente disruptiva y puede resultar en dificultad para concentrar el retraimiento social y el letargo. Puede desencadenar pérdida de apetito, atracones, incapacidad para dormir y sentimientos de desesperación. También puede conducir al abuso de sustancias. De hecho, nuevos datos sorprendentes indican que el consumo de alcohol y las hospitalizaciones relacionadas con el alcohol en los Estados Unidos han aumentado significativamente desde el inicio de la pandemia.

¿Cómo se puede avanzar mientras se soporta el peso aplastante de un cambio imprevisto?

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Aquí hay un enfoque que funcionó para Shannon, una mujer que lucha con un divorcio traumático y desgarrador. En un corto lapso de tiempo, encontró su mundo patas arriba. Dijo que estaba inmovilizada y aterrorizada mientras se enfrentaba a un futuro totalmente impredecible.

Cuando la entrevisté, Shannon dijo que había estado buscando consejo de amigos, pero luego tuvo una lluvia de ideas. Ella decidió buscar consejo de lo que ella llamó "la persona más inteligente que conozco". Ella recurrió a Google en busca de respuestas.

Reportó que una noche escribió en la barra de búsqueda de Google: "¿Cómo puedo sanar mi corazón roto?”

El resultado de la búsqueda superior la impulsó en un camino restaurador. Le ofreció consejos sabios pero prácticos en dos pasos consecutivos. El consejo de Google para esta mujer herida de amor fue promover el proceso de sanación escribiendo dos cartas.

Paso uno: una carta de despedida

Primero, Google le pidió que redactara una carta para ella misma que detallara todo lo que temía y que describiera todo lo que había perdido. Le aconsejó que derramara su dolor sobre el papel. Así que lo hizo.

Shannon contaba: "Una noche me senté frente a la computadora con un martini y lloré. Escribí sobre mi mundo cayéndose encima. Escribí sobre no tener a mi marido a mi lado a medida que envejecía... de la pérdida de mi hogar... de no estar más con la única persona con la que compartía la historia y los recuerdos de criar a nuestra familia durante tantas décadas... de mi preocupación por la seguridad financiera... de nuestro sueño compartido para la jubilación....de no saber cómo arreglar un grifo que gotea... de la pérdida de nuestras tradiciones navideñas... de saber que nunca disfrutaríamos de nuestros nietos juntos... de sentirme tan sola. Escribí sobre mi vida fuera de control y sobre mi futuro irreconocible.

Shannon dijo que su experiencia escribiendo la carta fue profundamente agotadora, pero decidió mantener el curso y proceder con la segunda recomendación de Google.

Luego, como Google le aconsejó, Shannon esperó unos días y otra vez se sentó frente a su computadora, otro martini al lado, y escribió una segunda carta. Google le aconsejó que visualizara un nuevo futuro y que considerara todas las puertas y ventanas que se abrían. Shannon dijo inicialmente que este ejercicio era un poco más complicado y requería un pensar profundamente, pero lentamente comenzó a escribir.

"Empecé a imaginar cómo podrían ser los nuevos capítulos de mi vida. Comencé a pintar un cuadro de todo lo que estaba en el horizonte. En realidad me reí mientras imaginaba una casa limpia y ya no tener que recoger los platos sucios en el fregadero y la ropa de un día en el suelo. Escribí sobre lo divertido que sería viajar finalmente a París. Por fin podría tener un perro porque ya no tenía que preocuparme por las alergias de mi marido. Visualizaba hacer nuevos amigos, tanto hombres como mujeres. Pensé en las aventuras románticas en el horizonte. Entonces di un salto gigante y escribí que algún día encontraría un nuevo amor increíble y brillante. Imagina eso. En esta etapa de mi vida. Una vez que empecé a escribir, no podía parar", dijo riendo.

Resilience Lecturas esenciales

El camino a la resiliencia empieza en tu intestino

Permite que tus hijos sientan frustración, te lo agradecerán

Con esta carta, Shannon había comenzado a crear una hoja de ruta para su futuro, una que era ilimitada y llena de esperanza.

Una vez que completó la tarea de Google, Shannon dejó la computadora sintiéndose energizada. Ella dijo que sentía que había dado vuelta a la página en su dolor, y comenzó a experimentar la emoción de la anticipación.

Componentes básicos de la resiliencia

Este ejercicio de Google se basaba en dos principios básicos diseñados para crear resiliencia.

Primero, aceleró el proceso de duelo al sumergir directamente a Shannon en su pérdida. Al escribir sobre su tristeza, comenzó a aceptar la inevitabilidad de su situación. Le ayudó a entender que nada en la vida es seguro y que cada decisión que tomamos conlleva un riesgo inherente. En esencia, la resiliencia consiste en aceptar este riesgo.

Como la icónica autora Joan Didion escribió hace mucho tiempo, "Cualquier cosa que valga la pena tiene su precio. La gente que se respeta a sí misma está dispuesta a aceptar el riesgo de que una empresa vaya a la quiebra, que una relación puede no resultar ser una en la que cada día es un día festivo porque estás casado conmigo. Están dispuestos a invertir algo de sí mismos; puede que no jueguen en absoluto, pero cuando juegan, conocen las probabilidades".

Las personas resilientes aceptan las probabilidades.

El diario es un bálsamo probado por el tiempo para el dolor. Escribir sobre un dolor personal proporciona una vista elevada desde la cual evaluar la experiencia y obtener una perspectiva fresca. Es una técnica que ayuda al escritor a desprenderse y sanar.

La autora Gabrielle Zevin reflexionó sabiamente sobre la importancia del desapego cuando dijo: "deberían decirte cuando naces: ten un 'corazón de maleta' y prepárate para viajar".

En otras palabras, está siempre preparado para dejar ir y seguir adelante.