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Verificado por Psychology Today

Marina Heifetz Ph.D., C.Psych
Marina Heifetz Ph.D., C.Psych
Estrés

Cómo aceptar lo inesperado

Por qué dejar que nuestros pensamientos simplemente estén ahí es bueno para nosotros.

Los puntos clave

  • Intentar suprimir los pensamientos no deseados puede conducir a un aumento de estos pensamientos.
  • En lugar de alejar los pensamientos y sentimientos no deseados, déjalos ser.
  • La aceptación es un componente importante del bienestar mental y una habilidad que se puede desarrollar.

Aquí hay un desafío: no pienses en pizza durante los próximos 20 segundos. ¿Cómo te fue? Lo más probable es que te esforzaste mucho para no pensar en la pizza, con precisamente ese pensamiento en el fondo de tu mente, o que el pensamiento sobre la pizza te vino a la mente continuamente. Esto se debe a que la investigación ha demostrado repetidamente que suprimir los pensamientos no deseados no funciona y, de hecho, puede ser contraproducente, lo que lleva a tener más de estos pensamientos y aumenta el riesgo de trastornos de salud mental.

Un pensamiento es solo eso

Un estudio reciente de la Universidad Hebrea de Jerusalén descubrió que cuando reconocemos un pensamiento en lugar de tratar de rechazarlo y luego cambiamos nuestra atención a otra cosa, es menos probable que ese pensamiento recurrente regrese. De hecho, este estudio encontró que intentar suprimir los pensamientos no deseados puede conducir a un aumento de estos pensamientos. Estos hallazgos aportan información sobre cómo funciona nuestra mente y pueden ayudar a las personas que luchan contra la ansiedad y la depresión a aprender cómo manejar mejor la rumiación negativa. Es decir, dejarla ser y luego dejarla ir.

Por lo general, cuando nos encontramos con pensamientos que no nos gustan, usamos algunas estrategias creativas para no pensar en estos pensamientos. La distracción es una forma común de distraer nuestra mente de pensamientos y sentimientos no deseados y negativos. Por ejemplo, mirar televisión, navegar por Internet o recurrir a la comida o los juegos de azar. Usar sustancias para “adormecer” el dolor o hacerse daño a uno mismo es otra forma de distracción de los pensamientos y sentimientos dolorosos. Otras veces, podemos optar por no participar en actividades que generalmente nos brindan alegría por temor a que estas actividades traigan incomodidad.

Al final del día, todas estas estrategias son intentos de alejar estos pensamientos y sentimientos negativos, y pueden funcionar a corto plazo. Pero, ¿y a largo plazo? Tanto la investigación como la práctica clínica responderían con un "diablos, no". Lo que sucede cuando alejamos nuestros pensamientos es una lucha continua, ¡como esa sensación que tenemos cuando tratamos de no rascarnos una picadura de mosquito!

La evitación experiencial y la salud mental

La evitación experiencial es un término psicológico que puede definirse como los intentos de evitar, suprimir o alterar pensamientos, emociones y sensaciones corporales no deseadas o negativas. En resumen, es ese "rechazo" de lo no deseado, y puede verse como algo que cae en el otro extremo del continuo de la aceptación.

Un creciente cuerpo de investigación muestra la efectividad de practicar la aceptación o "dejar ir" para contribuir al bienestar mental. La capacidad de simplemente notar un pensamiento y reconocerlo ("estoy pensando que...") desarrolla resiliencia. Esta investigación se ha realizado en niños, jóvenes, padres y adultos en general.

Por ejemplo, un estudio reciente que examinó numerosas investigaciones sobre este tema descubrió que esta capacidad de dejarse llevar reduce significativamente la ansiedad y la depresión en los niños. Otro estudio interesante examinó el papel que juega la evitación experiencial dentro de una situación de crianza estresante. Este estudio exploró la experiencia de las madres de (o la evitación de) pensamientos, emociones y sensaciones corporales difíciles después del parto prematuro y de tener a sus bebés en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Los investigadores encontraron que la evitación experiencial mediaba parcialmente la relación entre el estrés de la UCIN y el funcionamiento posterior al alta (p. ej., síntomas de estrés postraumático).

Aquellos que hayan leído o visto la serie de Harry Potter pueden recordar la parte en la que Harry y sus amigos, Ron y Hermione, quedan atrapados en Devil's Snare, que es una planta mágica que constriñe o estrangula cualquier cosa en su área circundante. Si bien la reacción inicial es luchar contra la planta y tratar de escapar (mientras entran en pánico), el truco para salir de Devil's Snare es quedarse quieto. Esto es contrario a la intuición: ¿"relajarse" mientras estás atrapado y siendo estrangulado por una planta? Sin embargo, al final, esta es la salida y de ahí hacia adelante. En la vida, hay muchas de estas situaciones que pueden cruzarse en nuestro camino, haciéndonos difícil respirar y dolorosas de aceptar. No hay duda de que es más desafiante quedarse con pensamientos y emociones difíciles que evitarlos. Al final, la única salida es atravesarlos.

En su libro de poesía reciente, Anna Veprinska compartió un poema que refleja una lección aprendida durante la pandemia. Resumió la respuesta a la pregunta de un estudiante "¿Cómo lidiamos con el duelo?" como esto: “Creo que está bien estar triste. Está bien alinearse con el dolor”. Al final, sin embargo, no debemos olvidarnos también de la risa. Es importante no quedarse “atascado” en estas experiencias negativas sino, más bien, dejarlas ser. Recordar tomar un momento para sentir lo que podemos estar sintiendo, dejar entrar los pensamientos que estamos pensando y notar nuestras sensaciones corporales es un componente importante del bienestar mental.

A version of this article originally appeared in English.

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