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Verificado por Psychology Today

Apetito

¿Come como escape emocional? 5 razones por las que no puede parar

Es posible quitarle el poder a los alimentos.

La mayoría de las personas piensan que comer como escape emocional se debe a la falta de autocontrol. Sin embargo, en mi extenso trabajo con trastornos de la alimentación y la alimentación desordenada, yo diría que rara vez es el caso. Si la alimentación emocional fuera una simple cuestión de disciplina, podríamos encontrar fácilmente esta disciplina sin torturarnos sobre los planes de comidas, pagar dinero por dietas especiales y obsesionarnos constantemente con quién está comiendo qué y cuándo. Y, por supuesto, no habría trastornos de la alimentación.

Lo que tengo que decir sobre este tema no es original; sin embargo, a veces una reiteración de la información puede servir como un recordatorio útil. Una y otra vez, veo los siguientes cinco factores que contribuyen a la alimentación emocional.

1. Desconocimiento

Comer como escape emocional puede ser el resultado directo de no estar conscientes de qué o por qué estamos comiendo. Los terapeutas llaman a esto comer inconscientemente. Comer inconscientemente es cuando terminamos de comer y estamos satisfechos y seguimos picando el resto de la comida hasta terminarnos lo que planeábamos dejar. También puede ser llevarnos a la boca cacahuates o galletas o cualquier otro alimento, solo porque está delante de nosotros.

¿La solución? Tratar de estar conscientes de qué y cuándo estamos comiendo. Sé que puede ser tedioso centrarnos completamente en nuestra alimentación, especialmente al principio. Se puede comenzar lentamente y evitar los juicios hacia uno mismo mientras vamos construyendo esa nueva manera de ser. En este artículo hay más información sobre la alimentación consciente.

2. La comida como único placer

A menudo le he preguntado a la gente qué sensaciones les quedarían si no se atragantaran o comieran en exceso, y la respuesta más común es: "No tendría nada a que aspirar". Al final de un día largo y agitado, un gran tazón de helado puede ser especialmente eficaz para aliviar, aunque sea por un rato, nuestro cuerpo y alma. ¿Por qué? Según muchas fuentes, el consumo de azúcares y grasas libera opioides en nuestro cerebro. Los opioides son los ingredientes activos de la cocaína, la heroína y muchos otros narcóticos. Así que los efectos calmantes que sentimos cuando comemos helado y papas fritas son reales. Y romper estos hábitos puede ser como abandonar el vicio de las drogas.

¿La solución? Encontrar otras maneras de recompensarnos y calmarnos además de la comida (y otros comportamientos autodestructivos). ¿Estas otras formas serán tan efectivas para calmarnos como la comida? ¡En absoluto! Las cosas que se nos ocurran ayudarán solo un poco, pero para poder dejar de comer como escape emocional, también vamos a tener que practicar tolerar sentimientos difíciles. Lo que nos lleva al N.º 3.

3. Incapacidad para tolerar sentimientos difíciles

En nuestra cultura, aprendemos desde una edad temprana a evitar cosas que nos hacen sentir mal. Desafortunadamente, las formas que hemos encontrado para distraernos de los sentimientos difíciles no siempre son lo mejor para nosotros. Sin la capacidad de tolerar los inevitables sentimientos de la vida, nos volvemos susceptibles a comer emocionalmente.

¿La solución? Practicar simplemente dejar que esos sentimientos existan. Yo sé, ¡del dicho al hecho hay un largo trecho! Sé que no es agradable sentirse enojado, triste, rechazado y aburrido. Y la gente a menudo me pregunta: "¿Qué sentido tiene sentirse enojado? No cambia nada". Bueno, puede que no cambie la fuente del enojo, pero evitará que tengamos que calmar nuestros sentimientos con comportamientos que quisiéramos detener, como comer.

4. Odio corporal

Puede sonar contradictorio, pero es cierto: Odiar el propio cuerpo es uno de los factores más importantes en la alimentación emocional. La negatividad, la vergüenza y el odio rara vez inspiran a la gente a hacer grandes cambios duraderos, especialmente cuando se trata de nuestros cuerpos o de nuestro sentido del yo, y muchas personas me dicen que dejarán de odiar su cuerpo una vez que alcancen su peso ideal. Yo les digo que tienen que dejar de odiar a su cuerpo antes de que puedan detener el ciclo de comer como escape emocional.

¿La solución? Desafortunadamente, la solución no es una sola y es bastante compleja y específica para cada persona. Lograr avances permanentes en este aspecto requiere más de lo que puedo contar en una entrada de blog. ¡Lo siento, amigos!

5. Fisiología

Permitirnos llegar al punto en el que tenemos demasiada hambre o demasiado cansancio es la mejor manera de ser vulnerable a comer emocionalmente. Cuando el cuerpo está hambriento o cansado, no sólo envía mensajes fuertes al cerebro que nos indican que comamos, sino que cuando tenemos hambre y cansancio, no estamos en nuestra mejor forma. Esto nos deja más expuestos a los antojos o impulsos.

Appetite Lecturas esenciales

¿La solución? ¡Sí! Dormir mucho y comer varias comidas pequeñas a lo largo del día. (Soy brillante, ¿verdad?) Sé que me van a decir que no tienen tiempo, pero si el objetivo es dejar de comer emocionalmente, van a tener que darle prioridad a esas dos cosas. No hay forma de evitarlo.

La alimentación emocional es una manera poderosa y efectiva de encontrar alivio temporal para muchos de los desafíos de la vida. Si no funcionara tan bien, nadie lo haría. Con el fin de detener este ciclo de alimentación emocional, es necesario hacer un compromiso de llegar a lo más profundo de uno mismo para encontrar las agallas y la fuerza, y con suerte los recordatorios anteriores podrán ayudar en el camino.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Jennifer Kromberg PsyD

Jennifer Kromberg, Doctorado en Psicología, es psicóloga clínica acreditada en California.

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