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Una de las cuatro opciones que tienes ante cualquier problema es la "aceptación radical" (Linehan, 1993). La aceptación radical consiste en aceptar la vida bajo sus términos y no resistir lo que no puedes o eliges no cambiar. La aceptación radical se trata de decir sí a la vida, tal como es.
Imagina que hablas con un gerente de un condominio sobre el arrendamiento de un departamento en un complejo popular que está completamente lleno. Él acepta llamarte cuando el departamento de dos dormitorios esté disponible. Esperas meses, luego pasas por el lugar para consultar con él. Cuando llegas, está firmando un contrato de arrendamiento con una pareja para una unidad de dos dormitorios. Cuando lo enfrentas, se encoge de hombros. Eso no debería haber sucedido. No es justo. Y sucedió.
El dolor es la pérdida de un departamento que realmente querías. Puedes sentirte triste y herido. El sufrimiento es lo que haces con ese dolor y la interpretación que le das al dolor. El sufrimiento es opcional; el dolor no lo es.
Es difícil aceptar lo que no quieres que sea verdad. Y es más difícil no aceptarlo. No aceptar el dolor trae sufrimiento.
Negarse a aceptar la realidad
La gente a menudo dice: "no puedo soportar esto", "esto no es justo", "esto no puede ser cierto" y "no debería ser así".” Es casi como si pensáramos que negarse a aceptar la verdad evitará que sea verdad, o que aceptar significa estar de acuerdo. Aceptar no significa estar de acuerdo.
Es agotador luchar contra la realidad, y no funciona. Negarse a aceptar que fuiste despedido por algo que no hiciste, que tu amigo te engañó o que no fuiste aceptado en la universidad a la que querías asistir no cambia la situación, y aumenta el dolor que experimentas.
Aceptar la realidad es difícil cuando la vida es dolorosa. Nadie quiere experimentar dolor, decepción, tristeza o pérdida. Pero esas experiencias son parte de la vida. Cuando intentas evitar o resistir esas emociones, agregas sufrimiento a tu dolor. Puedes hacer más grande la emoción con tus pensamientos o crear más miseria al tratar de evitar las emociones dolorosas. Puedes dejar de sufrir practicando la aceptación.
La vida está llena de experiencias, algunas que disfrutas y otras que no te gustan. Cuando te alejas o intentas evitar los sentimientos de tristeza y dolor, también disminuyes tu capacidad de sentir alegría. La evitación de las emociones a menudo conduce a la depresión y la ansiedad. La evitación también puede conducir a comportamientos destructivos, como juegos de azar, beber demasiado, gastar demasiado, comer demasiado o muy poco y trabajar demasiado. Estos comportamientos pueden ayudar a evitar el dolor a corto plazo, pero solo empeoran la situación a largo plazo.
La aceptación significa que puedes convertir tu rumiación en pensamientos de aceptación como, “estoy en esta situación. No lo apruebo. No creo que esté bien, pero es lo que es, y no puedo cambiar que haya sucedido.”
Imagina que llegas tarde a una importante entrevista de trabajo. El tráfico está especialmente congestionado y te detienes en una luz roja tras otra. Estallar contra el semáforo o contra los conductores delante de ti no te ayudará a llegar a tu destino antes y solo sumará a tu malestar. Aceptar la situación y hacer lo mejor que puedas será menos doloroso emocionalmente y probablemente más efectivo. Con la aceptación, llegarás a tu entrevista menos angustiado y quizás con más capacidad de manejar la situación.
La aceptación radical requiere práctica
La aceptación radical es una habilidad que requiere práctica. La capacidad de aceptar que el tráfico es pesado, que está lloviendo el día que querías ir a la playa y que tu amigo cancela cuando tenían planes de pasar el día juntos es importante para hacer frente bien y vivir una vida más satisfecha. Cuando practicas la aceptación, todavía estás decepcionado, triste y quizás temeroso en tales situaciones, pero no agregas el dolor de la no aceptación a esas emociones y haces que las cosas sean más valiosas. Practicar la aceptación en estas situaciones también te ayuda a prepararte para circunstancias más difíciles.
Todos experimentan la pérdida de alguien que aman. La muerte de un padre, hijo, cónyuge o amigo querido es particularmente difícil. Tu primera reacción puede ser decir algo como "¡no, no puede ser!” a pesar de que sabes que es verdad.
La muerte de un ser querido siempre será difícil y dolorosa. La aceptación significa que puedes comenzar a sanar. Resistir la realidad retrasa la curación y agrega sufrimiento a tu dolor. Cuando practicas la aceptación todos los días, puedes estar más preparado cuando ocurran las experiencias más difíciles de la vida. Así que aceptar el tráfico pesado se trata de aliviar tu sufrimiento en ese momento y también de poder disminuir tu sufrimiento en situaciones más difíciles.
Razones para no aceptar la realidad
A veces las personas se comportan como si creyeran que no aceptar algo cambiará la situación. Es como si aceptar situaciones o emociones dolorosas fuera ser pasivo o ceder. No lo es. Es permitir que la realidad sea tal como es.
Otras veces, la gente no quiere sentir el dolor. Hay muchas situaciones de la vida que son dolorosas y no están bajo nuestro control. No podemos evitar ese dolor, pero podemos controlar cuánto sufrimos por la experiencia. El sufrimiento es la parte que podemos controlar.
Un lugar para comenzar
La vida nos da muchas oportunidades para practicar la aceptación. Si tienes un problema que puedes resolver, entonces esa es la primera opción. Si no puedes resolverlo, pero puedes cambiar tu percepción de ello, hazlo. Si no puedes resolverlo o cambiar tu percepción de un problema, entonces practica una aceptación radical.
Comienza centrándote en tu respiración. Solo ten en cuenta los pensamientos que puedas tener, como que la situación no es justa, o que no puedes soportar lo que sucedió. Deja que esos pensamientos pasen. Haz una declaración de aceptación, como "es lo que es.” Practica una y otra vez. La aceptación a menudo requiere muchas repeticiones.
A version of this article originally appeared in English.
