Skip to main content

Verificado por Psychology Today

Relaciones

6 maneras de cuidar de nosotros mismos cuando alguien nos decepciona

2. Reconocer las necesidades insatisfechas

Aleksandr Markin/Shutterstock
Fuente: Aleksandr Markin/Shutterstock

Si somos humanos, otras personas inevitablemente nos decepcionarán de vez en cuando. Ya sea un amigo cancelando planes de último minuto, un vecino siendo grosero, familiares que no llegan para una ocasión especial, un colaborador que nos echa la culpa de algo o una pareja que nos engaña, la decepción es un elemento de la vida. Cada vez tenemos menos tiempo, el estrés es alto y eso le pone presión a las relaciones. No podemos evitar que la gente actúe mal o nos decepcione, pero no tenemos que dejar que nos descarrile y evite que vivamos una vida exitosa y feliz.

Estas estrategias pueden ayudarnos a recuperarnos de nuestro dolor y enojo y seguir adelante con confianza:

1. Permitir los sentimientos.

Ser rechazados, decepcionados o traicionados puede provocar sentimientos de tristeza, ansiedad o enojo. Es importante reconocer estos sentimientos, en lugar de intentar suprimirlos. Los humanos estamos hechos para formar relaciones estables de confianza con otros y a buscar apoyo en la gente que amamos durante tiempos difíciles. Nuestros ancestros vivían en tribus y tener fuertes lazos sociales dentro de la tribu mejoraba las posibilidades de todos de sobrevivir al ataque de un enemigo o un depredador, al hambre o a las inclemencias del tiempo. Por lo tanto, es natural sentirse decepcionados cuando la gente en la que confiamos no nos cumple. Poner esos sentimientos en palabras y ubicarlos en nuestros cuerpos puede ayudar a asentarnos. También puede ser útil preguntarnos si nuestros sentimientos son apropiados para la situación o si están alimentados por decepciones pasadas. Es mejor enfocarnos solo en la situación actual, a menos de que exista un patrón marcado que necesitamos confrontar.

2. Reconocer las necesidades insatisfechas.

El siguiente paso es entender por qué nos sentimos tan traicionados. Pensemos en las necesidades que no se están satisfaciendo con la respuesta de esta persona. ¿Necesitamos comprensión, empatía, apoyo, compañía, compromiso o consideración? Permitámonos sentir la necesidad sin cumplir, tal vez relacionándola con experiencias de la niñez con nuestros cuidadores. ¿Nuestra necesidad es solo para esta situación o nuestras experiencias pasadas nos están haciendo más reactivos a que no se cumpla esta necesidad? Por ejemplo, si siempre se esperaba que nosotros fuéramos los responsables mientras que a nuestros hermanos no les exigían tanto, esto podría alimentar nuestra experiencia de falta de apoyo de nuestra pareja. Hay que desenredar el pasado del presente. Sentir la decepción de una necesidad no satisfecha y luego preguntarnos si podemos aceptar que esa necesidad no se cubra en esta situación o si queremos hacer algo al respecto.

3. Cuidar de uno mismo.

¿Hay alguna manera en la que podemos satisfacer la necesidad sin cumplir nosotros mismos? Por ejemplo, si tenemos un plan para ir a ver una película y nuestro amigo cancela de último minuto, podemos considerar ir por nuestra cuenta. ¿Hay otros amigos que querrían ir? Si la necesidad era tener apoyo y calma, encontremos maneras de calmarnos a nosotros mismos con un baño caliente o una caminata en la naturaleza. Si necesitamos ayuda práctica, consideremos pedírselo a alguien más o pagar por los servicios. Lo importante es no rendirse ni hervir en un resentimiento pasivo. Pensemos en lo que un "adulto sano" haría en esta situación. Podría ayudar escribir nuestros sentimientos e intentar darnos compasión, en lugar de incrementar el dolor siendo auto críticos cuando otros se portan mal.

4. Decidir si es necesario hablarlo.

Debemos pensar si sería productivo expresar nuestros sentimientos de decepción o traición. ¿La otra persona es capaz de escuchar el mensaje o solamente se pondrán a la defensiva y contraatacarán? Esa respuesta es importante para elegir nuestras batallas, pensemos en qué tan importante es esto para nosotros. ¿Qué queremos de esa conversación (por ejemplo, una disculpa, un intento de arreglarlo, una promesa de no hacerlo de nuevo, etc)? Si decidimos hablar, hay que encontrar maneras de hacerlo conscientemente en lugar de reaccionar con un enojo que podría hacer todo más difícil. Si es una conversación difícil, practicar lo que vamos a decir antes puede resultar útil.

5. Examinar nuestras expectativas.

Pensemos en si nuestras expectativas son razonables para esta situación y si la persona es capaz de hacer lo que esperamos. Por ejemplo, mi hermana puede estar demasiado ocupada con un nuevo bebé o una fecha de entrega así que no me llama tan seguido. Intento no tomarme esto personal. Tal vez resultaría útil ajustar nuestras expectativas y comportamientos de acuerdo con la situación. También hay que pensar si estamos comunicando nuestras expectativas de maneras claras y amables. Si es un buen amigo o ser querido, intentemos asumir buena voluntad de principio a menos de que tengamos una clara evidencia de lo contrario.

6. Poner límites si hace falta.

Si la persona tiene un patrón de decepcionarnos o traicionarnos, debemos pensar en lo que debemos hacer para protegernos. Si ya hablamos claramente y la persona sigue sin responsabilizarse o alterar su comportamiento, ¿cuál es la mejor manera de cuidar de nosotros mismos? ¿Tiene sentido ver menos a esta persona o mantener una relación más casual? Decidamos si es alguien que todavía queremos en nuestras vidas o si nuestra energía estaría mejor invertida en otro lado. Tal vez sea bueno hacerle saber a la persona que no toleraremos tantas promesas rotas, mentiras o trato irrespetuoso. Hacerles saber las consecuencias que tendrá seguirnos maltratando. Los límites nos ayudan a sentirnos seguros emocionalmente y nos ayudan a restaurar nuestra autovaloración y respeto propio.

Mensaje central: Cuando la gente nos decepciona, debemos aprender a echarnos porras a nosotros mismos y convertirnos en nuestros mejores amigos. Aceptar y procesar nuestros sentimientos, ser amables con nosotros mismos, encontrar la manera de satisfacer nuestras necesidades, expresarnos o poner límites si son necesarios. Lo más importante: importar aprender de la experiencia y no permitir que los problemas de otras personas nos afecten. Podemos elegir cómo reaccionar, incluso si no elegimos la situación.

A version of this article originally appeared in English.

publicidad
Acerca de
Melanie Greenberg Ph.D.

La Dra. Melanie Greenberg, es psicóloga clínica con licencia y coach de vida con práctica internacional gracias a la tecnología. Ha sido profesora, conferencista y autora deThe Stress Proof Brain.

Más de Melanie Greenberg Ph.D.
Más de Psychology Today
Más de Melanie Greenberg Ph.D.
Más de Psychology Today