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Verificado por Psychology Today

Leah Aguirre LCSW
Leah Aguirre LCSW
Relaciones

4 Razones por las que podrías estar evitando el cambio

El cambio es duro pero tú tambien lo eres

Los puntos clave

  • Muchas personas tienen dificultades para comprometerse con el crecimiento debido a los cambios que se requieren.
  • El cambio es difícil, pero es parte de la vida y algo que debemos enfrentar, especialmente cuando nuestra salud mental está en juego.
  • Comprender los posibles miedos y barreras subyacentes es importante cuando se compromete con el crecimiento.

Muchas personas tienen dificultades para comprometerse con el crecimiento y abordar sus necesidades de salud mental debido a los cambios que se requieren. Si bien el cambio es difícil, es parte de la vida y algo que debemos enfrentar, especialmente cuando nuestra salud mental está en juego. Aquí hay cuatro razones por las que podrías ser resistente al crecimiento y al cambio y por las que aún así debes seguir adelante.

Kues/Shutterstock
Fuente: Kues/Shutterstock

1. Seres de hábitos

Somos criaturas de hábitos y encontramos consuelo en estos hábitos porque nos ofrecen cierto nivel de familiaridad, previsibilidad y control. Nuestras rutinas, sistemas y formas de hacer las cosas son agradables, especialmente en momentos de dificultades o estrés, porque se vuelven constantes y dan a nuestras vidas una apariencia de normalidad. Entonces, cuando estamos considerando un cambio, puede parecer que nos movemos en aguas desconocidas. El cambio requiere que hagamos algo nuevo y diferente. E incluso si somos conscientes de que este cambio es “bueno” o en nuestro mejor interés, puede asustarnos debido a la incertidumbre. Si bien este miedo a lo desconocido es normal, es importante que lo superemos. Nuestros cerebros son maleables y tenemos la fuerza y la resiliencia para romper viejos hábitos y desarrollar otros nuevos.

2. El esfuerzo

El cambio a menudo implica desaprender viejos hábitos y patrones de comportamiento en los que hemos estado participando durante mucho tiempo, y esto significa que tenemos que trabajar en ello. Si bien tenemos la capacidad de hacer cosas difíciles y crecer, cambiar un comportamiento requiere práctica y paciencia. No podemos esperar la perfección o que se produzcan cambios de la noche a la mañana, y esta parte puede ser increíblemente frustrante. Nos gusta que las cosas sean fáciles y fluidas, pero, como con todas las nuevas habilidades, habrá una curva de aprendizaje y momentos de incomodidad. Vas a “meter la pata” e incluso a veces volverás a los viejos patrones, pero esto no elimina tu esfuerzo y el hecho de que todavía estás avanzando en una dirección diferente. Espera que las cosas sean desordenadas e incómodas.

3. Miedo a la pérdida

Parte del crecimiento y la búsqueda de la sanación a menudo resultan en cambios en nuestras relaciones. Cuando realmente comienzas a hacer el trabajo, priorizando tu salud y bienestar mental, te vuelves más reflexivo y consciente de los comportamientos no saludables y las dinámicas relacionales. Comenzarás a notar cómo ciertas relaciones solo prosperan cuando hay estancamiento o cuando no desafías el status quo. Y, como resultado, puedes comenzar a sentir que has superado algunas de tus relaciones o que ciertas relaciones están en desacuerdo con tus objetivos y valores y tal vez incluso sean perjudiciales para tu bienestar.

Es este aspecto del cambio y el compromiso con el crecimiento el que puede ser el más difícil, ya que existen algunas consecuencias potenciales reales que incluyen el rechazo y las protestas de las personas que amamos y nos importan o la pérdida de un amigo o una relación significativa. Sin embargo, es importante recordar que todos merecemos relaciones que brinden apoyo y ánimo, tener personas en nuestras vidas que respeten nuestra autonomía y las decisiones que tomamos. Las personas adecuadas siempre estarán a tu lado.

4. Tiempo y energía

Hacer el trabajo a menudo puede parecer una pérdida de tiempo, especialmente cuando lo vemos como tiempo en que podríamos estar haciendo otras cosas más “productivas”. Ya sea que vayas a terapia, desarrolles nuevos hábitos o participes en actividades saludables, el compromiso con el crecimiento y el bienestar mental puede parecer una gran empresa. Y la verdad del asunto es que hacer grandes cambios en la vida y enfocarnos en nuestra salud mental es una inversión y requiere tiempo y energía. Requiere cierto nivel de sacrificio y de mover las cosas, lo que definitivamente puede ser una tarea en sí misma y extremadamente abrumadora.

Sin embargo, invertir en tu salud mental es crucial para tu calidad de vida. Y cuando te comprometas con el trabajo y con hacer los cambios que necesitas hacer, notarás los efectos positivos y duraderos que tienes en otras áreas de tu vida. Entonces, si se te dificulta encontrar el tiempo y la energía, recuerda tu “por qué” y ten en cuenta el panorama general. Ya sea reduciendo el tiempo frente a la pantalla o decidiendo despertarte 20 minutos más temprano cada mañana, no tengo dudas de que podrás encontrar al menos 30 a 60 minutos al día para invertir en ti.

A version of this article originally appeared in English.

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